Consiste en la mezcla de chocolate con un aceite esencial que facilite su aplicación en la piel, como puede ser el caso del aceite de almendras dulces. Y, como de buen seguro sabrás, el chocolate se obtiene del maravilloso cacao; o más concretamente, de sus delicados y grandes granos. Esta mezcla se calienta, y cuando se encuentre tibio se aplica sobre la piel mediante un masaje relajante. Una vez aplicado, la persona es envuelta en papel transparente durante unos minutos. Finalmente, la técnica o terapia finaliza con una ducha tonificante que, además de activar a la persona, la ayuda a eliminar los restos del chocolate.
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